sábado, 11 de mayo de 2024

Cementerio Club - Canciones desnudas para iluminar los cuerpos (2002, Perú)


Cementerio Club es una de las pocas bandas peruanas con personalidad, de esas que no se dejan cambiar drásticamente con el paso del tiempo y que sin embargo juegan con sonidos que generan una variante musical dentro del ámbito del modern rock local. A lo Oasis, a lo The Beatles, Cementerio Club coquetea con el sonido indie, con el sonido Manchester y con una cuota melancólica propia, y es que José Arbulú, su voz principal, no se cansa, no se agita, mientras se divierte y pasea entre los violines cantando "lleva abierta las heridas, se desangra con placer..." para divagar entre atmósferas que le deben mucho al sonido inglés.

Canciones desnudas para iluminar los cuerpos, es el título de este disco gratuito presentado en formato mp3 en su ya inexistente página oficial, un lejano 2002, y que fuera su segunda oportunidad para incursionar en el ámbito unplugged con excelentes resultados.

Imagine II, Underground (lindos violines), Jade (interesante versión con Harmónica), Cisne Negro (en compañía de Caroline Cruz), Mar Salvaje (sin mayores cambios), Solo (con un buen puñado de cuerdas), El Mago (con tarareos propios del britpop, a lo Blur) y Barco Viejo (un poco acelerada, pero igual de buena que la grabación en estudio), basta con escuchar estos temas para reconocer en Cementerio Club esa calidad que siempre los ha diferenciado y que en algún momento los hizo merecedores del MTV Video Music Awards Latinoamérica 2004 en la categoría Mejor Artista Nuevo Región Central.

Cabe resaltar que la propuesta de descarga gratuita en .mp3 fue muy novedosa para la época, donde no existía streamin ni mucho menos Youtube. Es por esa razón que este disco hasta el día de hoy es casi imposible de encontrar.


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domingo, 25 de julio de 2021

Vanessa Paradis

Una de estas noches frías del invierno limeño que recién se hace presente me dio por recordar a Vanessa Paradis, cantante francesa que tiene muchos temas interesantes, inocentes, refrescantes, típicos de una era que ya se ve distante, lejana, casi en blanco y negro, en una época donde las cantantes femeninas mostraban poses rebeldes más sinceras, sin edulcorantes ni ataviadas en moda.

Y recordé muy bien el tema Be my baby, aquel éxito de 1992 de su álbum homónimo, que escuchándolo detenidamente y a la distancia del tiempo, puedo caer en cuenta que suena bastante contemporáneo, nada añejo, más bien vivo y mimetizado ahora, si se quiere, con otros sonidos de músicos que van por una senda similar. En ese aspecto puedo emparentar aquel sonido al de muchas otras artistas de la misma década como una no tan conocida Maarja, y más contemporáneas reconocidas como Leona Lewis, Alicia Keys, Pixie Lott, Adele, pero sobre todo al Only love can hurt like this, de Paloma Faith (y por el lado peruano, para dejar alguna referencia, al All I Know, genial y único disco de Cristina Valentina).